Redacción/ Miami.
En el marco de un ciclo de devaluación de la criptomoneda más popular en todo el mundo, el bitcoin, los estados más importantes del mundo comienzan a moverse para tratar de controlar la inversión a través de esta divisa digital. Francia y Alemania han pedido al grupo de países más poderoso económicamente del mundo, el G-20, que se investigue la inversión y la financiación de empresas y proyectos mediante la criptomoneda, ya sea el Bitcoin u otra como Ethernet.
La petición ha sido realizada por los ministros de finanzas y los responsables de los bancos centrales de Francia y Alemania de cara a la próxima cumbre del G-20 que se celebrará en el mes de marzo. En concreto, los autores de la carta han pedido al presidente del G20, el ministro de Economía de Argentina, Nicolás Dujovne, que se realice un análisis exhaustivo acerca de las implicaciones de las divisas virtuales para avanzar en una regulación transfronteriza. El fin de esa observación será proteger la estabilidad financiera, a los inversores y evitar el lavado de dinero además de la posible financiación de actividades terroristas.
Lo que parece claro es que la entrada en el sector financiero de las criptomonedas ha sorprendido a las instituciones financieras de los países más importantes del mundo. El vaivén mediante el que se ha comportado la valorización del Bitcoin también ha ayudado a que haya voces que tratan de restar importancia a una moneda que adquiere un valor determinado según parámetros matemáticos y un abstracto índice basado en la confianza de las personas. Los estados más proteccionistas tratan, por tanto, de conocer los beneficios que este tipo de moneda virtual puede ofrecer a los presupuestos públicos, mediante la imposición de impuestos o la fiscalización hasta el mínimo detalle.