Redacción/ Miami.
Argentina continúa luchando por encontrar una salida a su precaria situación económica. El país latinoamericano tiene problemas estructurales en sus finanzas, especialmente en lo relacionado con la deuda pública y la inflación en continua alza. El gobierno de Mauricio Macri ha optado por la vía del duro ajuste y ha anunciado un presupuesto con déficit cero para el año 2019. Ese ajuste responde de forma certera a las exigencias del FMI, tras el rescate que el organismo realizó a las cuentas del país.
El Senado argentino aprobó el día de ayer este presupuesto durísimo que será la hoja de ruta de la economía argentina durante el año 2019. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, fue categórico al presentar los números a los que se deberán sujetar los argentinos durante el año próximo: “Nunca antes se hizo un ajuste de esta magnitud sin que cayera el gobierno”, afirmó Dujovne en una atrevida frase que marca el camino a los argentinos si desean modificar su futuro próximo. Estos presupuestos dejan clara la idea de que lo previsto por Mauricio Macri cuando se hizo con el gobierno de Argentina en el año 2016, que no era otra cosa que realizar un ajuste gradual ha quedado totalmente olvidado. El ajuste será abrupto y dejará a muchas personas en el camino. Pero Argentino ha tomado la decisión de acabar con el déficit público, que tanto daño hace a la imagen del país en el resto del mundo, y por tanto entre los inversores extranjeros.
Los datos son los siguientes: los recortes son para todos los ministerios, en especial Educación y Sanidad, y casi un tercio del gasto se dedica al pago de deuda. La presión fiscal se eleva y se constituye un impuesto sobre las exportaciones, que tienen como fin recaudar un 37% más. También se disminuyen los subsidios a la energía y el transporte.