EI primer aspecto importante que surge al momento de abrir un negocio, es buscarle un nombre y por lo tanto una marca, la cual lo identificará por siempre.
Desafortunadamente muchos empresarios, no se preocupan por registrarla en forma, por lo que, en muchas ocasiones, termina en manos de otros.
Peter A. Matos, socio del bufete Malloy & Malloy fundado en 1959 y especializado en propiedad intelectual, explicó que la protección y el tipo de registro de una marca, en muchos casos, se olvida o se deja, figurativamente, para mañana.
“La razón principal por cual se deja para otro día o separa otro día o se olvida es que en el proceso de verificar si el nombre de incorporación esta libre, es porque se cree que también han protegido sus marcas. Pero la realidad es que el nombre de incorporación o el nombre ficticio no necesariamente tiene relación a las marcas comerciales, y el proceso de aprobación de la misma es muy distinto al de las marcas», mencionó Peter Matos.
Matos enfatizó que el propietario de un negocio debe entender que el nombre de incorporación y el nombre ficticio son figuras con carácter administrativos para los bancos o el gobierno, diferente al de la marca.
La cual, definió como “cualquier palabra, palabras o logotipo que se usa o se intenta usar en el mercado en asociación con un producto o servicio para indicar a los consumidores el origen del mismo y para distinguirlos de los productos y servicios de otros»
«Por eso, cuando un negocio o una compañía nueva se forma, es muy importante primero investigar si esa marca o una marca parecida ya está tomada en conexión con productos o servicios similares, y segundo tomar pasos para proteger esa marca, idealmente basada en una registración», advirtió.
Al subrayar que toma tiempo lanzar un producto o servicio, recomendó que las marcas deben registrarse, a nivel federal ante la Oficina de Marcas y Patentes lo más pronto posible para asegurar sus derechos en tiempo y forma.