Por Eduardo A. Hapke/ Miami.
Es uno de los hispanos más reconocidos en el sur de Florida y luego de cinco años regresa con más fuerza que nunca. Sus proyectos y desafíos, sus creencias y su fe y un libro bajo el brazo.
Por muchos años, la imagen de Claudio González fue una de las más reconocidas en Miami y el sur de Florida. No había miamense que no conociera a González y no lo identificara con una marca automotriz de la cual fue la cara visible por años. Sin embargo, un hecho inesperado, hizo que su vida cambiase por completo.
Luego de cinco años, Claudio González nuevamente sale al ruedo, como siempre, con una gran fe y con un nuevo libro en donde va a contar la historia de su vida.
Negocios Magazine entrevistó en exclusiva a Claudio González.
Negocios Magazine: ¿Por qué decidiste volcarte nuevamente a los medios, luego de una pausa en tu vida?
Claudio González: Principalmente por el cariño de la gente, durante estos años en los que me alejé de los medios recibí incontables muestras de cariño del público y en cada mensaje y en cada encuentro siempre me decían: “Claudio, tiene que volver, extrañamos sus mensajes”. Así que me propuse regresar y devolverle a la gente un poco de todo ese afecto incondicional. Además, los medios han sido siempre un gran aliado y una invaluable herramienta para hacer campañas de ayuda a necesitados y de una manera u otra buscaré la manera de hacerlo nuevamente.
NM: Las causas sociales siempre te movilizan, ¿verdad?
CG: Si, siempre quise desde chico estar con la gente y ayudar. Cuando recién había llegado a los Estados Unidos, a principios de los años 80’, le escribí una carta a Dios pidiendo que me ayudara. Yo estaba sin trabajo, sin saber el idioma, sin dinero y durmiendo en una playa, le prometí a Dios que, si él me ayudaba, yo ayudaría a la gente que lo necesitara. Cuando comencé a tener éxito en lo que hacía, utilicé los medios y lo que tenía alrededor para canalizar la ayuda en campañas como fue la del terremoto de Haití, el terremoto de Perú, el huracán María en Puerto Rico y también a niños con enfermedades severas a través del International Kids Fund.

“Yo soy un tipo muy agradecido, primero agradezco a Dios y luego a la vida por permitir que hoy pueda seguir haciendo lo que me gusta, aseguró Claudio González.
NM: Por otro lado, ¿estás por lanzar una nueva agencia de publicidad?
CG: Sí, así es, es un proyecto que se está gestando hace un tiempo y en breve lo presentaré. La gente me reconoce por mis campañas publicitarias y sentí que era el momento de regresar a un mercado que está muy despersonalizado. El componente humano es fundamental en las estrategias de marketing y publicidad y es algo que siempre marcó lo que hice.
NM: ¿Estás por lanzar un libro este año?
CG: Sí, el libro sobre mi vida. Ya prácticamente está listo y en los próximos meses saldrá a la venta. Allí cuento mi vida entera, desde que era muy chico, mi paso por el ejército, mi llegada a América, los éxitos, los errores, la competencia y muchísimas anécdotas que hasta ahora nunca había contado. Hay tantas historias y cuento tantos momentos que sé que la gente la va a pasar bien leyéndolo, se van a sorprender, se van a divertir, van a reír, a llorar y reír de nuevo, es el roller coaster de la vida.
NM: ¿Ya estás en un programa de radio?
CG: Sí, todos los sábados estamos de 9 a 10 de la mañana en América Radio (AM 1260).
NM: ¿Esta es una nueva etapa en tu vida?
CG: Es una etapa “recargada”. La vida son etapas y un comenzar constante. Todas las mañanas tenemos la posibilidad de empezar de cero y dar el 100 por ciento en lo que hacemos. Descubrir nuevas oportunidades, nos descubrirnos a nosotros mismos desde otra perspectiva y simplemente vivir tratando de hacer y dar lo mejor posible. En lo personal yo me siento bien cuando la gente a mi alrededor también está bien. No tolero las injusticias y me pone mal ver a la gente sufrir.
NM: La gente te sigue reconociendo como antes, a pesar del paso de los años.
CG: Sí, es increíble y a la vez reconfortante sentir el cariño de la gente después de estar estos años apartado de los medios de comunicación. A donde sea que voy la gente me reconoce, me saluda, tararean las melodías de las publicidades que hacía y recuerdan los mensajes que daba al aire, mensajes que siempre llevaban una cuota de optimismo y positivismo. Eran mensajes que no estaban destinados a vender nada sino a acercarnos a la gente. Yo siempre dije que hay que llegar al corazón de la gente, es la única manera de entendernos y entenderse.
NM: ¿Por qué estuviste fuera de todo por tanto tiempo?
CG: Lamentablemente y como todos saben, viví una situación muy dura y delicada con mi hijo. La adolescencia es una etapa complicada y los chicos muchas veces se equivocan y hacen cosas sin pensar en las consecuencias. Este hecho me llevó a alejarme de los medios, a replantearme muchas cosas de mi vida, de la vida en general y de la sociedad en la que vivimos hoy en día. Como padre la pasé muy mal, sufrí mucho, gracias a Dios mi hijo está muy bien, estudiando en la universidad y ya todo pasó. Este país te da la posibilidad de crecer y seguir adelante. De los fracasos también se aprende y se puede llegar a triunfar. Lo importante es enfocarse y siempre mirar hacia adelante.
NM: ¿Estás ahora con San Nicolás, que te llevó a conocer ese Santo tan profundamente?
CG: Desde muy chico fui muy creyente de San Nicolás de Bari. Cuando era adolescente me mudé a La Rioja, allí había una iglesia donde iba a rezar y pedir a este Santo, siempre creyendo que era originario de Bari, Italia. Hace un par de años yo estaba muy mal anímicamente por todo lo que había sucedido con mi hijo y mi salida abrupta de la compañía en la que había trabajado por tantos años y en un viaje que realicé por Turquía, llegué hasta un pequeño pueblo a orillas del mar Mediterráneo donde como por arte de magia mi estado de ánimo cambió por completo. Era una sensación de paz y bienestar que hacía rato no sentía, como si algo allí llenase el vacío que sentía por dentro. Maria Fernanda, mi pareja, me dice que allí se encuentra la casa de Papá Noel y me insiste en que vayamos a conocerla, por supuesto me reí y le dije: ¿vos crees en Papa Noel? La cosa es que fuimos y recorrimos esta iglesia que había estado enterrada bajo nueve metros de tierra y en la que habían descubierto la tumba de San Nicolas de Myra al que también llamaban Santa Claus. Yo pensé: “Que casualidad, aquí existe otro San Nicolás”. Hacía mucho calor así que dimos unas vueltas y nos fuimos. Antes de salir, Fernanda tomó un pequeño folleto que había a la salida de la iglesia y nos fuimos. Unos días más tarde cuando ya estábamos de camino a Miami descubrimos, leyendo este folleto, que cuando los romanos llegaron a las costas de Myra robaron los restos de San Nicolás y sus reliquias y lo llevaron a Bari donde construyeron una iglesia y lo nombraron San Nicolás de Bari. No podía creerlo. Así que el santo que tanto había marcado mi vida y al que tanto había pedido había nacido y vivido en este pequeño pueblo al que llegué sin tener idea de la historia que había detrás y en el que me sentí renacer.
Definitivamente no hay casualidades en la vida.

“Hay tantas cosas en el libro que la gente se va a sorprender, se van a divertir, la van a pasar bien… se van a reír y van a llorar”, comentó Claudio González.
EL LIBRO DE MI VIDA
“Lo que más recuerdo de esos tiempos era el miedo a la noche. Un miedo que aún me persigue. Era muy duro cuando oscurecía y no tenía dónde ir ya que yo dormía en mi viejo carro. Era doloroso ver, a través de las ventanas de las casas, gente preparándose para cenar en familia, con sus parejas, con sus perros o con quien sea, pero en un hogar, bajo un techo estable, mientras yo estaba en un carro parqueado en la calle con el motor encendido para calentar una lata de ravioles, estirando la ropa en el asiento para usarla al día siguiente y tratando de acomodar el cuerpo para dormir. Es difícil porque, aunque sabes que todo eso lo elegiste, que te estás sacrificando para llegar a algo, igual se siente la más absoluta y demoledora de las soledades.”
Fotógrafo: Alberto Panick