Por Staff Negocios/ Miami.
En la primera generación, el 61% de los inmigrantes hispanos dominan el español como su lengua más fuerte mientras que el 32% es completamente bilingüe, según Pew Research Center.
Hablar un segundo idioma se ha convertido en una de las capacidades más importantes que pueden poseer todas las personas que deseen insertarse y evolucionar en el mercado laboral. La migración producida en Estados Unidos en las últimas décadas ha provocado que millones de personas tengan la oportunidad de hablar dos idiomas, el nativo y el inglés. La instalación de estas familias en Estados Unidos conlleva la posibilidad de que sus hijos aprendan inglés en su infancia. Pero la pregunta surge en ese momento: ¿qué hacer con el idioma nativo de los padres?
La respuesta, según un análisis del Pew Research Center, es clara, al menos en el caso de los hispanos. El 85% de los padres latinos le habla español a sus hijos. Aunque se puede pensar que la verdadera decisión se deberá tomar en la tercera generación porque muchos de estos inmigrantes que llegan a Estados Unidos no hablan en inglés en sus hogares, lo cierto es que la respuesta ante esta realidad, en su mayoría, es que los padres hispanos consideran que será importante para las generaciones futuras que sus vástagos hablen español. No obstante, estos mismos padres se muestran preocupados sobre la supervivencia del español en el futuro porque comprueban que el idioma tiene más dificultades para pervivir a medida que se alejan las conexiones de las nuevas generaciones en relación a aquellos que llegaron al país en primera instancia.

La forma de llegar a Estados Unidos se ha diversificado y son cada vez más jóvenes con un alto nivel de inglés y de formación los que se asientan en EEUU.
Primera, segunda y tercera generación
Los datos, referentes a la Encuesta Nacional de Latinos del año 2015 del Centro Pew Research, también trata de separar a los progenitores inmigrantes de los padres de segunda generación. En concreto, el 97% de los padres latinos de primera generación asegura que utilizan el español como lengua vehicular con sus hijos. Por el contrario, la proporción se reduce al 71% en el caso de padres latinos de segunda generación que ya han nacido en Estados Unidos y que tengan al menos un padre inmigrante. A partir de la tercera generación, tan sólo el 49% de los padres mantiene el español como vía de comunicación en su hogar.
Si observamos el uso del español en familias mixtas, en las que un integrante de la familia es hispano y el otro estadounidense, el uso del idioma sufre un gran deterioro. Tan sólo el 55% de las parejas de este tipo habla español con sus hijos. Por tanto, cabe esperar que las siguientes generaciones acabarán perdiendo el español por el camino. Pero el uso del idioma no sólo se fundamenta en hablarlo; también debe ser alentado por unos padres que, a pesar de vivir en un país donde se habla inglés, deben comprender que el sector especializado en el público latino es muy importante para el futuro del país. En ese sentido, el estudio también preguntó a los padres si animaban a sus hijos a hablar español y tan sólo el 70% de los encuestados contestó que sí. Esta cifra se devalúa también si nos centramos en padres de segunda generación, quienes quizá por una infancia complicada en su entorno en inglés, tratan de que sus hijos aprendan y manejen lo antes posible el idioma anglosajón.
El español, día a día
También es necesario observar el idioma español en su configuración de lengua vehicular en las casas. Nueve de cada diez personas de padres latinos aseguran que en su casa se hablaba español en las tareas del día a día a medida que estaban creciendo. El 81% de las personas de este perfil reconoce que sus padres les alentaron a utilizar el español en su hogar. Por el contrario, el 20% de los encuestados asegura que sus padres le desanimaron en cuanto utilizar el español en su vida diaria. Si nos fijamos en datos reales y específicos actuales, el 96% de los latinos responden afirmativamente si les preguntan si sus padres hablan español. De hecho, a diferencia de otras formas de lenguaje u otros idiomas, este uso del español entre los padres es constante en todas las generaciones.
Pero para que un idioma se mantenga vivo es fundamental que quienes lo usan tengan la determinación para que no se muera. En ese sentido, el español puede estar tranquilo porque el 88%, casi 9 de cada 10 personas, opinan que es importante que el idioma español se mantenga en las futuras generaciones de hispanos que vivirán en Estados Unidos. Por ello, es probable que el español acabe fortaleciéndose en las dinámicas cotidianas de los hispanos afincados en Estados Unidos.
Casi 9 de cada 10 personas, opinan que es importante que el idioma español se mantenga en las futuras generaciones de hispanos que vivirán en Estados Unidos.
Otro de los datos que se puede encontrar en el estudio realizado por Pew Research Center es el uso del inglés entre los hispanos. En la primera generación, el 61% de los inmigrantes hispanos dominan el español como su lengua más fuerte mientras que el 32% es completamente bilingüe. Pero si nos fijamos en las personas de segunda y tercera generación, nos damos cuenta de que el inglés aumenta su dominio. En este escenario es importante destacar que no nos referimos simplemente a hablar español sino a dominarlo. Por ello, es lógico pensar que únicamente el 6% de los hispanos de segunda generación domina el español como primer idioma, mientras que en la tercera generación el índice cae a un residual 1%. Si nos fijamos en el dominio del inglés, únicamente el 7% de los hispanos de primera generación domina el inglés, mientras que esa proporción aumenta hasta el 75% en las personas de tercera generación.
40 millones de personas
Si nos alejamos de porcentajes y nos focalizamos en cifras totales, alrededor de 40 millones de personas en los Estados Unidos habla español en su hogar. Esa cifra coloca al español como el segundo idioma más hablado en el país. No obstante, si analizamos los datos más cercanos en el tiempo, el crecimiento en el número de hispanos que habla español ha caído en los últimos años. Esa circunstancia soporta la idea de que, en el futuro, los hispanos de las siguientes generaciones acabarán desusando el español. Para evitar esto es necesario que las organizaciones civiles de ciudadanos hispanos potencien la realización de clases y cursos de español que eviten la desaparición de la lengua en Estados Unidos. Además, en los hogares donde hay niños, la proporción de hispanos que habla inglés ha aumentado significativamente en los últimos años.
El horizonte es que esta proyección se mantenga y que los hispanos vayan dejando de lado el idioma que los identifica. La forma de migración actual es muy diferente a la que se dio a finales del siglo XX. La política restrictiva de Trump ha provocado que el número de inmigrantes que llegan a suelo estadounidense en la actualidad se haya reducido. Eso significa que no existe una tasa de reemplazo de nuevos inmigrantes que hablan español en relación a aquellos que crecen y se convierten en segunda y tercera generación. Además, la inmigración también se ha transformado. En los últimos años, la forma de llegar a Estados Unidos se ha diversificado y son cada vez más jóvenes con un alto nivel de inglés y de formación los que se asientan en EEUU. Por ello, el estereotipo de joven hispano que llega al país norteamericano de forma clandestina y pasando penalidades ha dejado espacio a otro perfil mucho más competitivo y que llega al país con un alto nivel de inglés.

El 97% de los padres latinos de primera generación asegura que utilizan el español como lengua vehicular con sus hijos.
El español sigue abriendo puertas
No obstante, el español se ha transformado en Estados Unidos en una lengua capaz de abrir puertas en el sector empresarial. Según la zona del país, un buen nivel de español puede decantar al candidato en la selección final. Se debe a que los países latinoamericanos han crecido enormemente en términos económicos y la relación comercial entre Estados Unidos y los países de la zona ha crecido y se ha intensificado enormemente. Son muchas las compañías estadounidenses que mantienen relaciones de compra y venta con proveedores latinos y el idioma ya no es un obstáculo para llegar a buen puerto una operación de compra. Por eso, son muchas las compañías que han comenzado a financiar cursos de español para sus empleados o centros educativos que han colocado en su oferta la enseñanza del español. En ese aspecto, es posible que el español gane puntos en una posición de enorme privilegio en relación a otros idiomas.
Por tanto, el estudio de Pew Research Center deja algunas consideraciones claras: el nivel de español se deteriora a medida que se suceden generaciones en los árboles genealógicos de los inmigrantes latinos. Sin embargo, los hispanos saben bien que el español puede convertirse en un arma de futuro para competir en el mercado laboral. Además, el nivel de inglés de los hispanos es de alta calidad, lo cual permite que estas personas se inserten cómodamente en
la sociedad.
Informe: Santiago Ávila