Redacción/ Miami.
Desde principios de enero de 2015, la divisa europea no alcanzaba un valor tan fuerte. La moneda de la Unión se ha revalorizado un 15% en lo que va de año. Y parece que así será durante el futuro cercano porque en la reunión de los banqueros centrales, la semana pasada, en la simbólica reunión financiera de Jackson Hole, ni la Reserva Federal ni el Banco Central Europeo (BCE) aclararon cuándo acabarán los estímulos monetarios que han llevado a esta situación en la comparación de divisas.
Las causas no son tan sólo financieras. Las buenas sensaciones de la economía europea que ha ofrecido signos positivos en los últimos meses y la sensación sólida y estable que ofrece a la inversión extranjera han ocasionado el alza de la moneda europea. “La moneda comunitaria lleva subiendo todo 2017, aunque incrementó el ritmo tras el encuentro de bancos centrales de Sintra, en Portugal. El discurso de Mario Draghi se interpretó como un aviso de la retirada de estímulos del Banco Central Europeo (BCE), lo que desató una subida más acentuada”, argumenta Natalia Aguirre, directora del departamento de análisis de Renta 4 Banco. Sin embargo, todavía se desconoce cómo se producirá el fin de la compra de activos y, sobre todo, cuál será el ritmo de la retirada a partir de enero. Pero el euro sigue fuerte, apoyado sobre señales económicas de estabilidad.
Además, los expertos creen que el estancamiento de la economía estadounidense también tiene como efecto que la divisa europea se potencie. El hecho de que Trump todavía no haya definido su política económica perjudica la inversión europea. Algunas empresas internacionales se encuentran a la espera de conocer asuntos tan importantes como la definición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.