Redacción/ Miami.
La Unión Europea sigue estancada en un escenario complicado para sus intereses. La imposición de aranceles con uno de los mercados más importantes para sus exportaciones, como es Estados Unidos, además de la salida de Reino Unido de la zona euro son factores determinantes para entender la ralentización de la economía que se está produciendo en la eurozona. Además, Italia no acaba de arrancar su economía y eso ha constituido la causa determinante que ha provocado un avance de un tísico 0,2% en el tercer trimestre.
Italia mantiene desde hace unos meses una batalla con Bruselas, capital de la administración europea, por la amenaza del país mediterráneo de romper las reglas fiscales de la Unión. Mateo Salvini, primer ministro italiano, ha desafiado de esta forma a la administración europea, que obliga a los países miembros de la UE a pasar sus cuentas y presupuestos por Bruselas, reduciendo de esta forma la autonomía comercial de los estados. A pesar de que Francia ha mejorado sus cifras sustancialmente, la Eurozona ha presentado este balance. Sin embargo, algunos analistas europeos económicos consideran que detrás de este mal dato puede existir un mal panorama en Alemania, país que todavía no ha publicados sus datos estatales.
Las turbulencias que afectan a la economía de uno de los mercados más poderosos del mundo eran esperadas. Sin embargo, los datos reflejan un peor momento del que se preveía. En el tercer trimestre de 2017, la zona euro crecía el 0,7%. Eso significa que los países de la zona de la moneda única europea crecen a un ritmo un tercio menor que hace un año. Si consideramos el crecimiento interanual, el paso delante de la UE fue del 2%.