Redacción/ Miami
Quince años después de adjudicar a la empresa Lockheed Martin el contrato del cazabombardero más caro del mundo, las fuerzas aéreas estadounidenses han dado su aprobación al F-35A, la primera versión de este avión de combate.
El trámite permitirá la formación del primer escuadrón dotado con estos aparatos, que estará localizado por el momento en la base aérea de Hill Air al norte del estado de Utah, pero que podrá ser desplegado ya en misiones de combate en todo el mundo.
El cuerpo de Marines había encargado hace más de un año 420 de estos aviones, pero la cifra de las fuerzas aéreas es de 1.763 aparatos.
El ejército estadounidense reconoce que el avión no cumple muchas de las promesas que se habían hecho inicialmente. Sin embargo «Si miras a los enemigos potenciales que hay ahí fuera, los entornos en los que potencialmente tendremos que operar esta aeronave, los atributos que nos brinda el F-35A son necesarios para la nación», asegura un responsable de la USAF, que detalla esas cualidades: es invisible al radar, cuenta con un amplio arsenal de armas de guerra electrónica, y numerosas funciones que integran la información en tiempo real para golpear con precisión al enemigo.
Con esta aprobación, EE.UU. está un poco más cerca de desatascar un proyecto con un proceso de desarrollo repleto de sobrecostes, hasta los 379.000 millones de dólares, y que ha puesto en tela de juicio la capacidad del país para seguir liderando la maquinaria tecnológica militar.
El Reino Unido fue uno de los países que hizo presión al proyecto y que podrá acceder a este super caza.