La compañía Nestlé ha perdido la batalla. Según varios portales británicos, se ha visto obligado a destruir en India sus conocidos noodles de la marca Maggi, al no pasar los controles sanitarios. Las pérdidas para el gigante suizo de la la alimentación por la destrucción de los fideos instantáneos se estiman en casi 45 millones de euros. Los productos dieron positivo en el estado de Uttar Pradesh (norte) por plomo y glutamato monosódico, un aditivo alimentario que no figura en el etiquetado del producto.
Ante este revés, Maggi ha solicitado al Alto Tribunal de Bombay que ordene una revisión judicial por las condiciones en las que se llevaron a cabo los análisis. Se espera que los jueces tomen una decisión al respecto el próximo jueves.
Las autoridades sanitarias indias acusan a Nestlé de violar la normativa en dos puntos: el etiquetado de la marca señalaría la ausencia GMS, aunque lo contiene, y la venta de una variedad que no tiene autorización.
Nestlé anunció antes de la prohibición la retirada voluntaria de la venta de estos productos y se comprometió a quitar de sus etiquetas que sus productos están libres de GMS.
Según la agencia AFP, la marca Maggi ha estado presente en la India durante tres décadas y representa el 80% del mercado de los fideos instantáneos.