
“OAG está muy orientada a las relaciones duraderas con clientes. Nuestro primer cliente de negocios fue en 1995. Hoy continua siendo cliente de la oficina”, afirmó Pablo E. Ortiz.
Por Eduardo A. Hapke/ Los Ángeles
Pablo E. Ortiz no ingresó ni en barco, ni en avión, ni caminando a los Estados Unidos. Llegó en brazos de sus padres cuando apenas tenía 6 meses de vida.
La “revolución” había llegado a Cuba y empujó a los padres de Ortiz, como a otros miles, a buscar nuevos horizontes. Y recaló directamente en el sur de California. Hoy, cinco décadas después, su padre, a quien perdió cuando apenas tenía 9 años, se sentiría orgulloso de él. Pablo E. Ortiz tiene su propia empresa de impuestos, Ortiz Accountancy Group (OAG) y lo más importante aún, nunca perdió sus raíces latinas.
Hoy, este cubano-americano con todas las letras, tiene las paredes de su oficina en el condado de Orange, California, pintadas de azul, “para dar un significado de tranquilidad y frescura. Es también un color muy tropical y tiene una sensación muy cubana. Siempre quiero recordar mis raíces y estar orgullosos de ellos”, comentó Pablo E. Ortiz.
Ortiz Accountancy Group (OAG) se inició en 1995, en Orange, en California. En su empresa, Ortiz proporciona servicios de impuestos orientados a las necesidades específicas de cada cliente. Pablo E. Ortiz es contador, especializado en impuestos y en asesorar negocios, práctica que conduce desde hace 20 años. La firma ofrece servicios de impuestos a empresas de distinto tamaño, preparación de impuestos personales, pagos a empleados, y servicios de contaduría en general, y otros servicios relacionados con el “Tío Sam”.
Negocios Magazine entrevistó a Pablo E. Ortiz.
Oficinas positivas
La oficina de OAG está ubicada estratégicamente frente al parque de Disneylandia ya que para Ortiz, ese gran parque de diversiones es de gran inspiración y al igual que los tonos azulados de su oficina “rompen el hielo” con sus clientes y logran una relación más amistosa. Es que hablar de dinero y de impuestos no es tarea fácil, hay que “desnudar” al cliente para que pueda hablar con soltura y poder contar su verdad. A veces, los contadores actúan como psicólogos de la gente.
“He trabajado duro para crear la cultura de la oficina que tengo. Como habrá notado, tengo paredes de color en azul para dar un significado de tranquilidad y frescura. Es también un color muy tropical y tiene una sensación muy cubana. La oficina está decorada con la parafernalia de Disneylandia y artículos cubanos. Siempre quiero recordar mis raíces y estar orgullosos de ellos. La mayoría de las conversaciones con los clientes comienzan con Disneylandia y la conversación sobre temas cubanos. Estoy muy orgulloso de eso. Siento que esto ha ayudado a conectar con mis clientes hispanos y a mantener una gran trabajo”, afirmó Pablo E. Ortiz.
“Nuestra cultura de la oficina es un lugar positivo, destinado a la resolución de problemas y el crecimiento. Nosotros creemos en el término ‘contabilidad de confort’, con todos nuestros clientes, para que sepan que están siendo bien atendidos. Nuestro equipo de profesionales de la contabilidad ofrece soluciones proactivas que pueden conducir a resultados eficaces prácticos y económicos. Sabemos que el éxito final de su negocio y / o finanzas personales es una meta importante para nuestro cliente”, declaró Ortiz.
Primero, la educación
Ortiz cree como base fundamental que la educación es prioritaria y dentro de sus posibilidades, trata de dejar su huella en la comunidad. “Los principios en las que creo… son educar a la comunidad hispana, mostrándoles cómo ser más aceptados para el proceso de un préstamo bancario. Desde mi experiencia, la comunidad latina es muy buena en la cocina, la construcción, la enseñanza…, etc., nosotros les ayudamos en los componentes básicos de la creación de sus empresas correctamente para ayudar a tener éxito y ventaja fiscal de todos los beneficios fiscales. Nuestro trabajo en OAG es educar y guiarlos a través de este proceso para ayudarles a tener éxito”, aseguró Pablo E. Ortiz.
Ortiz siempre recuerda sus raíces cubanas y a pesar de haber perdido a su padre cuando apenas tenía 9 años de edad, lo recuerda cómo si fuera ayer. “Nací en La Habana Cuba en 1966. Mi padre fue siempre muy trabajador y un empresario. Él era una persona sociable y muy personal y lleno de energía. Siempre he dicho que tengo la suerte de esas cualidades. Siento que la combinación de ese rasgo y nunca voy a olvidar mis raíces y el lenguaje y que he sido capaz de dar servicio a la comunidad hispana, junto con la comunidad americana”, explicó Pablo Ortiz.
Solucionador de problemas
Para Pablo E. Ortiz, su trabajo es como armar un rompecabezas. A veces, las personas vienen con años de atrasados en sus declaraciones de impuestos y Ortiz, desparrama las piezas sobre la mesa y trata de armar el rompecabezas impositivo. “Siempre he estado orgulloso de poder ayudar a los clientes a ‘arreglar las cosas’. Me encanta cuando un cliente viene a mi oficina con un problema. Yo soy el solucionador cuando hay un problema de impuestos, una auditoría, o varios años sin declaraciones de impuestos, para mi esos son rompecabezas en donde tengo que poner todas las piezas como tienen que ir. Una vez que el rompecabezas se une, se soluciona el problema. Esa sensación de solución del problema es muy gratificante”, comentó Ortiz.
“OAG está muy orientada a las relaciones duraderas con nuestros clientes. Siempre sentimos la necesidad de complacer a nuestros clientes. Nuestro éxito se debe en parte a las largas relaciones que tenemos con nuestros clientes. Nuestro primer cliente de negocios en 1995 sigue siendo un cliente actual de la empresa”, agregó Pablo E. Ortiz.
Fotos: Eddie Sakaki.