Miami, viernes 13 de mayo de 2016 (Por Banco Mundial). Al teclear “Argentina” en una búsqueda web aparecen una multitud de panoramas y vistas espectaculares de los diversos paisajes que ostenta el segundo país más grande de América Latina.
Sin embargo, para la gran mayoría de los argentinos, así como para gran parte de los latinoamericanos, estos vastos escenarios no corresponden con su realidad cotidiana. Para ellos, el asfalto y el ladrillo son más familiares que el llano de las pampas, las playas paradisiacas o las nieves eternas de los Andes. Hoy en día ocho de cada 10 latinoamericanos son seres urbanos.
En Argentina, esta relación es superior: más de 9 de cada 10 argentinos viven en ciudades, una tasa que coloca al país entre los más urbanizados en la región y en el mundo, justamente detrás su vecino rioplatense, Uruguay.
Los beneficios son claros. Las zonas urbanas reúnen los conocimientos, los talentos y las capacidades del capital humano y facilitan la creación de empleos y oportunidades. Sin embargo, según un nuevo reporte del Banco Mundial sobre las ciudades argentinas, sin políticas urbanas adecuadas, el aprovechamiento de estos beneficios para mejorar la prosperidad y calidad de vida de los argentinos es limitado.
Además, “en el contexto mundial, Argentina debe encarar un programa de políticas de desarrollo de “segunda generación”, explica el informe “Impulsando el potencial de las ciudades argentinas”, que se lanzó la semana pasada. Esto significa ir más allá de los programas urbanos tradicionales para aprovechar las ventajas, por ejemplo, de empresas privadas y otros actores para fomentar la innovación, la formación de capital humano y las aptitudes.
Ciudades maduras
En comparación con el resto de Latinoamérica, Argentina es uno de los países con mayor historia de urbanización: desde la década de 1930 el país ya era predominantemente urbano. Y sin importar el momento económico, ya sea de crisis o de bonanzas, sus ciudades nunca han dejado de crecer.
Sin embargo, igual que las normas que gestionan la educación o la industria tienen que evolucionar para mantenerse actualizadas, hace falta también una revisión de las políticas que crearon estos grandes centros urbanos para que sigan generando beneficios para la prosperidad y la calidad de vida de sus habitantes.
“Se necesitan políticas urbanas renovadas para ayudar al país a avanzar en el camino hacia una economía de ingresos más altos”, explica el informe.
Fuente: Banco Mundial.