
“Mis amistades, mis vecinos, la gente que conocí aquí en los Estados Unidos, nos ayudaron mucho con la fundación”, afirmó Chary Rico Toro.
Creó su propia fundación INTI en Miami para ayudar a los niños de su país y aquellos que tengan necesidades en distintas ciudades. Por Eduardo A. Hapke/ Miami
Rosario “Chary” Rico Toro fue modelo, empresaria, periodista y ahora sus horas están ocupadas por el arte y el arte de dar. En el 2001 desembarcó en Miami, allí conoció a su actual esposo, se casó y tuvo dos hijos. Con ellos también llegó la necesidad de devolver a la comunidad, en especial a los niños, todo aquello que logró a través de su vida. Es así que, entre cuadros y pinceles, creó la fundación INTI (sol, en idioma nativo boliviano), que entre pequeñas donaciones personales se fue fortaleciendo hasta llegar hoy a ser una fundación deducible de impuestos.
“Chary” Rico Toro, hoy desde su casa en Miami maneja personalmente la fundación. Lejos quedaron aquellos años de modelaje que la llevó a ser una de las seis finalistas de Miss Universo en 1990. Es la boliviana que más lejos ha llegado en un certamen de belleza internacional.
“Empezamos a hacer pequeñas donaciones de dinero a orfanatos. Dos años después la gente se enteró de lo que hacíamos y entonces cada vez teníamos más solicitaciones para hacer donaciones. Entonces dijimos tenemos que hacer una organización sin fines de lucro, que se llamó INTI (quiere decir sol en el idioma nativo boliviano), una fundación específicamente para niños. Comenzamos también a hacer asistencias aquí en Miami, todo comenzó en el 2010”, destacó Rico Toro.
Hace cinco años que la organización INTI se volvió deducible de impuestos y eso colaboró a que la gente haga más donaciones, teniendo en cuenta que a partir de 200 dólares de donación se puede deducir de impuestos.
Ayuda a la fundación
“Mis amistades, mis vecinos, la gente que conocí aquí en los Estados Unidos, nos ayudaron mucho con la fundación, en Bolivia por la falta de educación a dar a las fundaciones es muy difícil. Lamentablemente, la gente que es más cercana en nuestros países, es la gente que menos se interesa o apoya. Aquí es distinto, la gente da gracias por lo que tienen sus hijos, entonces donan, un dólar, lo que sea. Con un dólar podemos hacer cosas en nuestros países”, destacó Chary Rico Toro.
Ahora está llevando INTI a otro nivel de organización sin fines de lucro con más estrategia, marketing, publicidad y la organización de eventos. La ayuda de la fundación se divide en varios aspectos, por un lado colabora con la edificación de casas (casas de botellas, reciclables) en Bolivia, brinda asistencia oncológica en pediatría en su país, pero también posee colaboraciones en Miami y otras ciudades de la región.
Cada tres meses, Chary se apersona en su país natal para supervisar ella misma las donaciones que envía desde Miami y de esta manera controlar que el dinero vaya directamente a las obras prometidas.
Arte y el arte de dar
Chary pinta desde que tiene uso de razón. Ella afirma que lo hace desde que tiene tres años, cuando tomo un pincel por primera vez, por lo menos, lo que ella recuerda con emoción. “Mi estilo en el arte es el color. Mientras tenga color, ese es mi estilo. Hago donaciones de las obras para que vayan a subastas y por otro lado las vendo y dono el dinero. Esta es mi pasión. Sin embargo, cuando me recibí de bachiller en mi país, le dije a mi padre que quería ir a estudiar a Barcelona y mi padre militar de toda la vida, me dijo que primero tenía que tener una carrera y entonces estudie periodismo y me especialice en televisión y prensa escrita. Trabajé en Bolivia de eso hasta que vine aquí a Miami”, confesó Rico Toro.
Además de las donaciones, otra forma de recaudar dinero es la venta de arte que Rico Toro misma produce. “En el 2002 comencé a pintar en serio. No estudie para pintar, me compré los materiales, libros de arte y por eso no tengo un estilo fijo. Un pintor es como la música o como un escritor. Más adelante me gustaría estudiar y tener un grado en arte, conocer más de su historia. Gran parte de mi juventud estudie en una Iglesia católica y yo estaba intrigada por los colores vivos y los patrones geométricos de los hermosos vitrales de las catedrales. Estos recuerdos se convierten en mi lienzo hoy como una expresión de esperanza», explicó Rico Toro.
Fundación sin límites
En los últimos años en Miami, el arte ha hecho un boom en donde ya no hay parámetros, mientras al espectador le guste, todo vale. Hay gente que ha comenzado a comprar arte como forme de inversión, como un negocio y esta es la idea que tiene Rico Toro para poder recaudar más dinero para su fundación.
“No tengo límites para hacer crecer la fundación. En Santa Cruz (Bolivia) tenemos una escuelita de futbol que nació hace cinco años, comenzamos sólo con pelotas y conos y ahora creció y ya contratamos entrenadores, botines, uniformes y todo eso lo valoran mucho los niños. Les da la formación de orgullo y se quedan en la escuela, en lugar de estar en la calle, son niños que no tienen nada y con eso se le da una oportunidad”, finalizó Rico Toro.
Fotos: Said Bazze para Negocios Magazine