Miami, sábado 8 de diciembre de 2018 (Por Staff/ Negocios Magazine). Así lo reveló el diario de la gran manzana, que hizo un detallado reportaje a dos mujeres latinoamericanas quienes dieron detalles de cómo han trabajado en el club de golf del presidente Donald Trump en Bedminster, Nueva Yersey, haciendo labores de limpieza.
Las mujeres que proporcionaron sus relatos fueron la costarricense Sandra Díaz de 46 años, quien es ahora residente legal, pero que asegura que durante 2010 y 2013 trabajó en el mencionado club cuando era aún indocumentada, y Victorina Morales, una guatemalteca de 45 años quien según su testimonio está aún en nómina. Ambas mujeres aseguran que no han sido las únicas indocumentadas que trabajaban en el club, y había un número de trabajadores en la misma situación.
A pesar de que no hay evidencia de que Trump o ejecutivos de Trump Organization tuvieran conocimiento sobre el estatus migratorio de estas personas, dos de sus supervisores si sabían de la situación, quienes incluso les ayudaron a no ser “detectados”.
Morales dijo que mientras Trump en su campaña presidencial se jactaba de decir que estaba en contra de la inmigración ilegal y mucho menos, que indocumentados trabajaran en el país, y que él tomaba medidas como un sofisticado sistema de verificación electrónica en el Trump International Hotel, ella ya trabajaba en el club de golf de New Jersey.
Morales dijo al Times que uno de los detonantes para que ella decidiera contactar un abogado y contar al diario su experiencia, es la forma denigrante como Trump se ha referido a los migrantes latinoamericanos, tratándoles de criminales, pero la gota que colmó el vaso fue el trato abusivo con comentarios discriminatorios y groseros de un supervisor de su trabajo, en los que cuestionaba la inteligencia y estatus migratorio de Morales, quien incluso planea interponer una demanda y está en proceso de asilo para su protección, ya que sabe las consecuencias que puede acarrear lo que ha hecho.
“Estamos cansadas del abuso, los insultos, la forma en la que habla sobre nosotros cuando él sabe que estamos aquí ayudándole a hacer dinero”, dijo Morales al New York Times. “Nos esforzamos para atender cada una de sus necesidades y tenemos que aguantar sus humillaciones”, añadió.
Sin embargo, describieron al magnate como una persona “exigente”, pero que era “amable” e incluso a veces daba “buenas propinas”.