Una cordillera, un volcán, dos desiertos y un parque inmenso, todos con paisajes y ecosistemas de una belleza única y majestuosa, acaban de sumarse a la lista de sitios considerados por la UNESCO como especialmente valiosos para la Humanidad y de un valor excepcional.
Algunas de las joyas, obras de arte y monumentos más espectaculares y bellos que existen en nuestro mundo no han sido creados por las prodigiosas mentes y habilidosas manos de los seres humanos, sino que son el resultado de la incesante y lenta actividad transformadora de la naturaleza a lo largo de miles y miles de años.
Cinco de estas grandes maravillas naturales acaban de ser incorporadas al listado de Bienes del Patrimonio de la Humanidad, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
De este modo, el desierto de Pinacate (México), el monte Etna (Italia), el Parque Nacional Tayik (Tayikistán), la cadena montañosa de Xinjiang Tianshan (China) y el Mar de Arena (Namibia), han sido incluidos en la categoría también conocida como Patrimonio Mundial, siguiendo las recomendaciones de los expertos de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
Desde ahora estos cinco espacios forman parte de ese patrimonio cultural y natural, que –según la UNESCO- es una fuente insustituible de vida e inspiración, e incluye lugares tan únicos y diversos como la selva de Serengueti en África oriental, las pirámides de Egipto, la Gran Barrera de Coral en Australia y las catedrales barrocas de América Latina.
«Estos cinco espacios naturales ya han sido incluidos oficialmente en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO (http://portal.unesco.org) iniciada por la Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural de 1972, y que asesora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)», han confirmado a Efe, desde la UICN.
«Desde los vastos desiertos de Namibia y México a las altas cordilleras en China y Tayikistán, pasando por un volcán en Italia, los nuevos lugares del Patrimonio Mundial son una celebración de la belleza de la naturaleza y de nuestro compromiso conjunto para conservarla pensando en las generaciones venideras», ha afirmado Tim Badman, que dirige del Programa de Patrimonio Mundial de la UICN.
LA MARAVILLA DEL MAR DEL ARENA
Durante la 37º Reunión del Comité del Patrimonio Mundial, celebrada en Phnom Penh, Camboya, Badman se ha mostrado confiado que la atención generada por este reconocimiento, efectuado bajo unos altos estándares de selección, ayude a consolidar la conservación de estos espacios en las generaciones futuras y el aumento de las relaciones entre las autoridades, ONGs, científicos y poblaciones de estas áreas geográficas.
La extraordinaria variedad del paisaje de El Pinacate y la Reserva de la Biosfera de Gran Desierto de Altar, en México, con sus dunas de barrido y cráteres volcánicos profundos, ha llevado a conceder a este extraordinario hábitat de una gran diversidad de especies y enclave con gran riqueza cultural, el estatus de Patrimonio Mundial.
Según UICN, este espacio natural comprende dos tipos de paisaje muy distintos: al este existe un escudo volcánico inactivo, el Pinacate, con extensos flujos de lava, diez grandes cráteres circulares casi perfectos y más de 400 conos de ceniza; y en el oeste, alberga el desierto de Gran Altar, el campo más grande de dunas de arena activas, algunas de las cuales alcanzan los 200 metros de altura.
Esta maravilla natural está localizada en el Desierto de Sonora, un ecosistema que cubre más de 715.000 hectáreas de superficie y que es compartido por México y Estados Unidos.
El área también posee una rica historia arqueológica y es considerada sagrada por los indígenas tohono o’odham, que actualmente viven en ambos lados de la frontera internacional.
El «Mar de Arena» de Namibia, un desierto denominado «de niebla costera», único en su tipo y dotado con una amplia variedad de grandes dunas móviles, es un lugar de una gran belleza natural, donde las condiciones atmosféricas ofrecen una visibilidad excepcional del paisaje durante el día y del deslumbrante firmamento del hemisferio sur por la noche.
Según la UICN, la vida en el «Mar de Arena»- el primer sitio en diez años en ser inscrito bajo todos los criterios del patrimonio mundial natural- es dura, ya que «las comunidades de plantas y animales están continuamente adaptándose a la vida en este entorno extremadamente árido».
DOS TESOROS NATURALES EN ASIA
El área montañosa de Xinjiang Tianshan, situada en la parte oriental de la cordillera Tianshan, que se extiende a través de China, Kazajstán, Uzbekistán y Kirguistán, contiene una hermosa variedad de ecosistemas, incluyendo sus montañas cubiertas de nieve y profundos cañones de color rojo.
Su impacto visual lo refuerzan los contrastes entre las zonas de montaña y los vastos desiertos de Asia Central, y entre las laderas del sur seco y las pistas mucho más húmedas del norte.
Este enclave, que es un ejemplo sobresaliente del curso de los procesos evolutivos biológicos y ecológicos en una zona de clima continental árido templado, alberga una excepcional diversidad de especies, que incluye 94 «plantas-reliquia» cuyo origen se remonta a más de dos millones y medio de años de antigüedad.
Por su parte, el Parque Nacional de Tayikistán, una extensa área que ocupa el 18 por ciento del territorio ese país, una antigua República de la Unión Soviética, y que se sitúa en una zona excepcional de la cordillera de Pamir, ha sido añadido a la lista de los lugares naturales más bellos del mundo por sus espectaculares y variados paisajes, entre los cuales hay picos y lagos alpinos, así como extensos campos de glaciares.
Este espacio natural, que alberga algunos de los barrancos más profundos del mundo, un desierto alpino de excepcional belleza natural y el glaciar Fedchenko, de 77 kilómetros de largo, es el hogar del oso pardo, el leopardo de las nieves, las ovejas Marco Polo, el ibex Siberiano y el ganso indio.
El quinto lugar seleccionado por UICN ha sido el monte Etna italiano, conocido por su excepcional nivel de actividad volcánica que se viene registrando desde hace siglos. Es uno de los volcanes más estudiados y monitoreados en el planeta y la información científica que genera sigue influyendo en la vulcanología, la geofísica y otras ciencias de la Tierra.
Este monte, situado en la costa este de Sicilia y de 3.329 metros de altura, es un ejemplo sobresaliente de procesos geológicos en curso y de las formaciones volcánicas, y «sus valores científicos, culturales y educativos son de importancia global», según Tim Badman, quien espera que su nueva categoría de Patrimonio Mundial traiga consigo una mayor protección de este monte, «sobre todo de la creciente presión del turismo».