Miami, miércoles 13 de abril de 2022
Desde hace varios años la Unión Europea ha ido aumentando los controles en sus fronteras. Especialmente tras la crisis de refugiados de los años 2015 y 2016, en la que millones de personas intentaron entrar en territorio comunitario, huyendo de conflictos armados y buscando mejores oportunidades laborales.
Esta mayor preocupación por la seguridad ha ido incorporando los nuevos avances tecnológicos que han aparecido y el último de ellos viene envuelto en polémica. Tal y como denuncia la Fundación porCausa, la UE ya está probando robots detectores de mentiras en sus fronteras. Y el problema es la forma en la que se están poniendo en marcha y los criterios de funcionamiento.
De momento, iBorderCtrl es un programa piloto que se va a probar durante seis meses en los perímetros fronterizos de tres países europeos: Hungría, Letonia y Grecia. Pasado ese tiempo se observarán los resultados y se decidirá si se amplía a otras naciones.
Este sistema funciona de una manera simple. El dispositivo, diseñado por humanos, hace preguntas a los viajeros en busca de mentiras, tales como ‘¿qué llevas en la maleta?’
Lo que hace es analizar el rostro de las personas para identificar microgestos que las puedan delatar. Los criterios que se están usando son de raza, género e idioma. Y es aquí donde llega la primera controversia, ya que el robot no tiene manera alguna de saber si alguien realmente está mintiendo o no, y lo que se hace es prejuzgar a determinados individuos, principalmente la población más vulnerable y en situación de necesidad, esto es migrantes en busca de oportunidades.
¿Qué es lo que pasa cuando este robot detecta una supuesta mentira? Pues que salta una alarma y aparece un agente humano de frontera, que es el que a partir de ese momento se hace cargo de la situación.
iBorderCtrl está en fase experimental y de momento no resulta muy fiable, de ahí también la polémica. Ha costado más de 4,5 millones de euros y tiene un margen de acierto actualmente de un 76%, lo que supone que se equivoca en una de cada cuatro personas. Los oficiales creen que esta tasa podría subir por encima del 85%, pero la realidad ahora mismo no es esa.
De hecho, porCausa denuncia que «este sistema está diseñado para perseguir a los más vulnerables: quienes buscan protección, huyen de la guerra o no tienen alternativa segura para ejercer su derecho a moverse»
Cada año entran más de 700 millones de personas en las fronteras europeas y las autoridades europeas defienden que este dispositivo hará el proceso más eficiente. También aseguran que su misión no es bloquear a personas la entrada en territorio comunitario.
En este sentido, conviene señalar que la UE ya está pagando el desarrollo de sistemas que olfatean a las personas y que en Estados Unidos se utilizan drones e incluso se van a desplegar perros-robots antimigrantes. Una situación que parece sacada de una película distópica, pero que es completamente real en pleno 2022.
Está por ver cómo avanzan este tipo de dispositivos y si empiezan a verse con frecuencia en las situaciones normales.
Fuente: Javier Taeño, Yahoo Finanzas
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