Miami, jueves 15 de diciembre de 2022
Imagina ser el gobernante que cuenta con cantidades ingentes de dinero, un presupuesto casi inagotable, y desear dejar un legado que no se olvide. ¿Qué harías? ¿Un monumento? ¿Una estatua? ¿Y qué tal crear toda una ciudad, secreta y futurista?
No estamos ante ninguna novela de ciencia ficción no publicada de Isaac Asimov: es una realidad que está teniendo lugar en Arabia Saudí en el momento que lees estas líneas. Y ahora que hablamos de líneas, este mega proyecto ha sido bautizado precisamente como “The Line” (la línea)
Sin coches, sin emisiones y con robots
Ubicada en la provincia de Tabuk y tocando el mar Rojo, esta ciudad comprende una franja de 170 kilómetros (de ahí su denominación), ya que con esta disposición se pretende evitar causar el mínimo daño ecológico.
La otra peculiaridad de este mega proyecto es que además de largo, crece hacia arriba: la ciudad crecerá con una red de edificios de hasta 500 metros de altura, aunque eso sí, con un ancho de ‘apenas’ doscientos metros.
Pero la disposición y forma no son las únicas peculiaridades de esta nueva urbe que contará con una población de 9 millones de habitantes: ofrecerá una tupida red de comunicación subterránea consistente en trenes eléctricos y, atentos a esto, taxis voladores y robots de servicio.
Si bien, no conocemos los detalles, se sabe que la ciudad crece también hacia abajo, y lo conocemos gracias al vuelo de un dron que ha mostrado que el proyecto está ya en marcha. Buena muestra de ello es el movimiento masivo de tierras que se está ya produciendo.
Por el momento, se llevan excavados 26 millones de metros cúbicos de tierra (78 veces el volumen del edificio más alto del mundo), y sus efectos son claramente visibles a vista de pájaro, sobre todo si lo comparamos con la foto satélite que ofrece Google Maps del lugar. Un árido desierto.
Una ciudad… ¿del futuro?
La principal ventaja que tiene diseñar una ciudad desde cero reside en que se solucionan la gran mayoría de los problemas a los que ahora tienen que hacer frente las urbes: restricciones de tráfico, creación de carriles bus, priorización del transporte público…
Es el sueño de todo experto en urbanismo, ya que se puede trazar el diseño óptimo de la ciudad, que en este caso, es alargado. Sin embargo, hay detractores y cuentan con argumentos de peso: buena parte de las soluciones tecnológicas que plantea The Line no se ha demostrado que funcionen.
¿A qué nos referimos? No existe en el planeta ni una sola ciudad con taxis voladores a lo Blade Runner, pero tampoco se ha creado ninguna planta desalinizadora que se propulse únicamente con energía renovable, otro de los retos de este proyecto.
Lo que suena más interesante (puedes sustituir el adjetivo por ’inquietante’) es que The Line será gestionada íntegramente por un sistema basado en inteligencia artificial: no habrá un alcalde, sino que la ciudad será gobernada por algoritmos.
Fuente: Jose Mendiola, Yahoo Finanzas