Redacción/ Miami
Cuba importa aproximadamente el 70% de los alimentos que consume. Tras el levantamiento del embargo comercial por parte de Estados Unidos, la isla desea convertirse en un país transformador de materias primas. En este contexto, el país caribeño ofrece a multitud de empresas dedicadas a este sector una llave para desarrollar su actividad y expandirse en la isla.
La industria agroalimentaria extranjera puede jugar un papel fundamental en sectores como la transformación de harina, los lácteos, la confitería o los frutos secos o tropicales. Las industrias auxiliares de este mercado como el envasado, la refrigeración o el empacado de dichos productos, también hacen parte del portafolio de inversiones que proporciona la economía cubana para las compañías extranjeras.
Otro segmento clave a explotar dentro de la economía cubana es la industria azucarera que figura como uno de los principales productos con potencial de inversión. No es el caso de la naranja y el pomelo, que son los principales cultivos del país, y han experimentaron una baja de la producción de un 42% en 2015 con respecto a 2014, hasta los 96 millones de toneladas. Desde 2009 la producción de cítricos en Cuba encadena un descenso acumulado del 77%.
Pese a que aún no es factible la explotación de tierras cubanas por parte de empresas extranjeras, ya que no se encuentra dentro de los proyectos de reforma económica que ha anunciado Cuba, hay un gran potencial en el mejoramiento de la productividad y en la incorporación de valor añadido a través de la transformación industrial.