Redacción/ Miami.
Brett Kavanaugh tiene por delante una semana muy complicada. Desde que la comisión del Senado decidiera que el FBI investigase al candidato republicano al Tribunal Supremo por las acusaciones de abuso sexual que Kavanaugh sostiene en sus espaldas. La versión de Kavanaugh ha quedado en entredicho tras la investigación que el FBI ha realizado y en la que se ha asegurado que Kavanaugh tenía más relación con una pelea de bar que se produjo en 1985, tras observarse al juez en una fotografía en la celebración de una boda.
De esa forma, el informe policial no hace otra cosa que confirmar la versión de Chad Ludington, un profesor universitario y compañero de universidad de Kavanaugh. En ese comunicado que publicó el domingo, Ludington se refería al juez porque el Comité del Senado debe validar la idoneidad de Kavanaugh para poder formar parte de la más alta instancia judicial del país. En ese sentido, esta nueva averiguación deja claro que Kavanaugh no fue honesto sobre el alcohol que ingirió durante sus años de estudiante en la Universidad.
Por su parte, Kavanaugh responde a esas denuncias de forma tajante y asegura que estas informaciones proceden de una campaña de difamación que ha sido creada por los demócratas. En esa campaña se subraya el tiempo de excesos de alcohol que podría acabar con abusos a diversas mujeres. En ese sentido, Kavanaugh respondió ante el Comité del Senado el pasado jueves asegurando que podría haber tomado “demasiadas cervezas” en alguna ocasión, aunque rechazó que ese consumo derivara en una actitud agresiva frente a mujeres u otras personas.