Miami, jueves 26 de noviembre de 2020. Los napolitanos, y los italianos, hay que decirlo, disfrutaron de un Diego Maradona inmenso. Arribo a Nápoli como jugador, se fue como un verdadero Dios.
Su presentación se dio el 5 de julio de 1984, donde fue recibido en un San Paolo colmado de hinchas. La ilusión de contar con una figura como Maradona no era poca cosa para Nápoli, que en la temporada anterior se había salvado con lo justo del descenso.
En esa temporada de 1984/1985, Nápoli hizo una aceptable campaña, pero estuvo lejos de pelear por los primeros lugares. Hasta que, en el torneo siguiente, la dirigencia renovó la plantilla. Y las cosas cambiaron. De a poco se iba armando un equipo con pretensiones, que tenía a Maradona como figura central.
El 10 de mayo de 1987 quedará en la historia de los napolitanos, cuando el equipo del Sur de Italia conquistó el primer Scudetto en su historia. En la penúltima fecha, en el estadio San Paolo, Nápoli empató 1 a 1 con la Fiorentina y levantó el título. Ese año, también logró la Copa Italia.
Entre 1984 y 1991, hasta que se fue del club, ganó dos Scudettos (1986/1987 y 1989/1990), una Copa de Italia (1987) y una Supercopa de Italia (1990), además de la Copa UEFA en 1988/1989. Marcó 115 goles en 259 partidos.
Su paso por Nápoli fue mucho más que la presencia de un enorme jugador de fútbol. Maradona marcó como nadie los contrastes entre el Norte poderoso y el Sur humilde. Y por un tiempo, con la pelota de por medio, no sólo puso a Nápoli a la par de los más grandes: en muchos momentos, los superó.
La muerte de Diego Armando Maradona conmocionó al mundo entero. Y Nápoles, la ciudad a la que el astro argentino hizo brillar, anunció un homenaje histórico: el mítico estadio San Paolo pasará a llamarse Diego Armando Maradona.
Fuente: ESPN Deportes/ Clarín