Redacción/ Miami.
Ante una derrota segura lo mejor es no comparecer. Es lo que ha debido pensar Theresa May, la primera ministra británica que anunció en el día de ayer que no presentará ante el Parlamento Británico su propuesta para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, sabedora de que no tiene los apoyos suficientes ni siquiera para lograr una mayoría simple en el Parlamento. En medio de las dudas sobre el Brexit, May se presentó ante la Cámara de los Comunes y advirtió de que un nuevo referéndum dividiría todavía más a los ciudadanos británicos.
“Si hubiésemos seguido adelante habría sido rechazado por un margen significativo”, ha reconocido Theresa May, quien gana tiempo tanto para el texto legal que pretende aprobar como para su futuro político. May ha asegurado que la propuesta negociada con la Unión Europea para la salida de Reino Unido de la Unión no responde a los mejores intereses británicos, pero que se trata de la única salida posible para lograr una salida pactada, tanto en términos de fronteras como de acuerdos comerciales. May no ha ofrecido fecha alternativa alguna a los parlamentarios para una nueva votación. Por el contrario, ha asegurado que hablará con los líderes europeos para cambiar el punto más polémico y rechazado por parte de los representantes británicos: la salvaguarda irlandesa.
La duda más grande que tienen los comunes es la idea de que Reino Unido se mantenga de modo indefinido en la unión aduanera cuando termine el periodo de transición, el 31 de diciembre de 2020. Muchos de los que reclaman a May un mejor acuerdo para los intereses británicos exigen a la primera ministra que logre poner fin cuanto antes a las soluciones provisionales y cierre un nuevo acuerdo que establezca una relación futura con el resto de países de la Unión Europea.