Redacción/ Miami.
El caso del periodista desaparecido en Estambul, el saudí Jamal Khashoggi, quien fue visto por última vez en el consulado de Arabia Saudí en la capital turca, se enreda más. Lo que parece claro es que ni la habitual prensa protectora del régimen saudí puede ocultar un suceso que apunta directamente a la cúpula de los líderes saudíes. Todas las pistas apuntan al príncipe saudí heredero al trono, Mohammed bin Salmán. No obstante, el informe policial todavía no ha sido culminado, aunque se espera que en los próximos días se haga público.
Para que ese informe esté listo, la policía turca deberá seguir acumulando pruebas en el consulado y en la residencia oficial del cónsul saudí en Estambul. Solo después los investigadores turcos estarán listos para emitir alguna conclusión sobre lo ocurrido el pasado 2 de octubre, cuando se vio por última vez a Jamal Khashoggi, cerca del consulado saudí en Estambul. Algunas de las pruebas que apuntan directamente a Bin Salmán tienen que ver con los autores materiales del presunto asesinato. A pesar de que Bin Salmán no ha sido reconocido como una de las personas que capturó al periodista, los quince hombres identificados como quienes realizaron el ataque son personas de confianza de Bin Salmán, heredero al trono saudí y persona fuerte dentro del régimen del país de la península Arábiga.
Por otro lado, Estados Unidos ha comenzado a profundizar la investigación y a pedir con mayor insistencia el envío de las pruebas que ha llevado a pensar a la policía turca que Khashoggi fue torturado y descuartizado estando vivo, en el transcurso de un interrogatorio en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.