Miami, lunes 2 de noviembre de 2020. La cantidad de dinero que los trabajadores migrantes envían a sus hogares disminuirá un 14 % en 2021 con respecto a los niveles de 2019, según las últimas estimaciones publicadas en la reseña sobre migración y desarrollo del Banco Mundial. Esto sucederá a medida que siga propagándose la pandemia de COVID-19 (coronavirus) y continúe agravándose la crisis económica.
Se proyecta que los flujos de remesas a los países de ingreso mediano bajo se reduzcan en un 7 %, hasta ubicarse en los USD 508 000 millones en 2020, y posteriormente sufran una reducción del 7,5 %, llegando a los USD 470 000 millones en 2021. Entre los principales factores que influyen en la disminución de las remesas figuran el escaso crecimiento económico y los bajos niveles de empleo en los países que reciben migrantes, la debilidad de los precios del petróleo y la depreciación, con respecto al dólar estadounidense, de las monedas de los países de origen de las remesas.
“Los efectos de la COVID-19 son de gran alcance si se consideran desde el punto de vista de la migración, ya que afectan tanto a los migrantes como a sus familias, que dependen de las remesas”, afirmó Mamta Murthi, vicepresidenta de Desarrollo Humano y presidenta del Grupo Directivo sobre Migración del Banco Mundial. “El Banco Mundial continuará colaborando con los asociados y los países para que se mantenga el flujo de estas remesas vitales y el desarrollo del capital humano”.
En todas las regiones se registrarán disminuciones en 2020 y 2021, y se espera que la caída más pronunciada se producirá en Europa y Asia central (16 % y 8 %, respectivamente), seguida de Asia oriental y el Pacífico (11 % y 4 %), Oriente Medio y Norte de África (8 % y 8 %), África al sur del Sahara (9 % y 6 %), Asia meridional (4 % y 11 %) y América Latina y el Caribe (0,2 % y 8 %).
Se prevé que, en 2020, pese a la disminución prevista, las remesas sean aún más importantes como fuente de financiamiento externo en los países de ingreso mediano bajo. En 2019, los flujos de remesas hacia tales países alcanzaron un máximo histórico de USD 548 000 millones, cifra superior a los flujos de inversión extranjera directa (USD 534 000 millones) y a la asistencia externa para el desarrollo (aproximadamente USD 166 000 millones). Se pronostica que la diferencia entre los flujos de remesas y la inversión extranjera directa se amplíe aún más, ya que se espera que esta última sufra una disminución más pronunciada.
El Grupo Banco Mundial (GBM), una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta frente a la pandemia. Respalda intervenciones de salud pública, trabaja para garantizar el suministro de insumos y equipos esenciales, y ayuda al sector privado a continuar sus operaciones y mantener el empleo. El GBM proporcionará hasta USD 160 000 millones durante un período de 15 meses, que finalizará en junio de 2021, para ayudar a más de 100 países a proteger a los sectores pobres y vulnerables, respaldar a las empresas e impulsar la recuperación económica. Dicho monto incluye USD 50 000 millones correspondientes a nuevos recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) en forma de donaciones y préstamos en condiciones sumamente concesionarias, y USD 12 000 millones para ayudar a los países en desarrollo a financiar la compra y distribución de vacunas contra la COVID-19.
Fuente: Banco Mundial