Redacción/ Miami.
Mientras los países de la región latinoamericana esperan una intervención militar o, al menos, una presión mayor por parte del gobierno estadounidense, que incluso en la voz de Trump se planteó reunirse con Nicolás Maduro en la última cumbre de la ONU, el gigante norteamericano eleva y reitera las sanciones económicas sobre Venezuela y Cuba. El objetivo de EEUU es asfixiar al gobierno chavista para conseguir los objetivos de la oposición venezolana, que no son otros que expulsar al gobierno actual. A las sanciones a Venezuela se suman las de Cuba, enemigo habitual, y amenazó a Nicaragua, otro país inmerso en una enorme crisis social.
John Bolton, consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, fue el encargado de anunciar las nuevas sanciones y calificó a Cuba, Venezuela y Nicaragua como la “troika de tiranía”. Específicamente, el presidente estadounidense Donald Trump firmó un decreto en el que se autoriza al Departamento del Tesoro a bloquear propiedades y activos en EEUU de personas venezolanas que trabajan en el sector del oro. Además, Bolton anunció que el Departamento de Estado había incluido a más de 24 organizaciones cubanas en su lista de entidades vinculadas con servicios militares y de inteligencia de ese país con las cuales ciudadanos y entidades estadounidenses no pueden hacer ningún tipo de negocio.
El discurso de Bolton se realizó en una ciudad icónica para la migración latina procedente de Cuba y Venezuela, en Miami. El sur de la Florida es uno de los lugares de llegada de ciudadanos que huyeron de Venezuela o Cuba y se ha convertido en uno de los bastiones de Donald Trump para la calada de votos, tantos en las elecciones presidenciales como en las que designarán los representantes de las Cámaras, que se celebrarán el próximo 6 de noviembre.