Redacción/ Miami.
México ha vivido un año marcado por el carrusel de las emociones. El pesimismo con el que se dio inicio el 2018, influido por las malas relaciones económicas con sus mejores socios, Canadá y EEUU, que se enlazaban con la falta de fructificación de un nuevo acuerdo comercial entre los tres países norteamericanos, tuvo como segunda parte la celebración de unas elecciones que rompieron con el dominio del bloque conservador que había durado décadas en este país. Finalmente, la llegada de López Obrador al poder se consumó al tiempo que se llegaba a un pacto para renovar el TLCAN. Ahora, sabemos que gracias a ese paso la economía del país obtendrá un crecimiento de 2,2% en el año 2018.
Pero no sólo ese dato será positivo para las arcas del país. Además, para el presente año se espera una inflación de un 4,6 %, frente al 6,8 % que se registró en 2017. También se espera que supere por segundo año consecutivo el rango meta del banco central, de entre un 2 % y un 4 %. La tasa de desempleo será del 3,3 %, algo menor que la de 2017, que llegó al 3,4 % y el déficit fiscal del sector público estará alrededor del 2,0 % del Producto Interno Bruto (PIB), frente al 1,1 % en 2017. De enero a octubre de 2018, las exportaciones totales crecieron a una tasa anual del 11,5 %, gracias al resultado de aumentos del 40,0 % y del 9,8% de las exportaciones petroleras (sobre todo por un mayor precio) y no petroleras, respectivamente.