Redacción/ Miami.
Los trabajadores de Ryanair están cansados de las presiones laborales por parte de la empresa irlandesa que van desde la reducción de salario en el caso de estar enfermos, el impago de las horas de retraso de los vuelos, la ausencia de agua gratis para los trabajadores a lo largo de los vuelos o la restricción de cuentas bancarias en los países donde viven los trabajadores. Estas son algunas de las causas que han llevado a los trabajadores de Ryanair a convocar una nueva huelga que tuvo un enorme éxito en el cielo europeo.
La huelga se convocó en España, Portugal, Holanda, Bélgica, Italia y Alemania para los tripulantes de cabina de la aerolínea de Ryanair. En Bélgica, Italia y Alemania también estaban convocados los pilotos. En total, la huelga ha obligado a la aerolínea a cancelar 158 vuelos, de los 2.400 que Ryanair había programado para el día de ayer. Este nuevo paro sucede a los que ya se realizaron en el mes de julio y que acabaron con 600 cancelaciones en todo el continente europeo. Los pilotos de Ryanair también fueron a la huelga en agosto en Suecia, Bélgica, Irlanda, Alemania y Holanda. Ese paro afectó a 400 vuelos y 67.000 pasajeros. En esta huelga, la cifra de afectados se sitúa en los 30.000. En total, según el portal especializado AirHelp, Ryanair podría enfrentar un conjunto de compensaciones por encima de los 11 millones de euros.
La respuesta de la compañía ha sido su aparente disponibilidad para lograr acuerdos con sus TCP antes de final de año. Su propuesta es migrar los contratos de la plantilla irlandesa, de donde es originaria la compañía, a contratos locales en Bélgica, Holanda, España y Alemania en el inicio del próximo año. En esos contratos se deben transferir los emolumentos procedentes de la antigüedad.