Redacción/ Miami.
A pesar de los buenos datos de la economía estadounidense, plasmados en el crecimiento del 3% de la producción del país en el último trimestre, justo la velocidad que pronosticó el presidente Trump, lo cierto es que todavía existen datos que invitan al pesimismo y a pensar que no es oro todo lo que reluce. Los pedidos a fábricas en Estados Unidos sufrieron su mayor caída en los últimos 3 años.
Este dato, difundido por el Departamento de Comercio estadounidense, se complementa con otro que refleja que los pedidos de bienes de capital fueron mejores a lo que se había informado previamente, lo cual apunta a un posible incremento de gasto de las empresas en el próximo trimestre. En concreto, los pedidos a fábrica descendieron un 3,3% debido a una caída de la demanda por equipo de transportes. No obstante, las manufacturas, que son tan importantes para la economía estadounidense, al punto de que responden casi a un 12 por ciento de la economía del país, se están fortaleciendo pese a que la producción de vehículos ha bajado y el impulso petrolero está empezando a disiparse debido a que los precios son presionados por una amplia oferta.
Estos datos no hacen otra cosa que fortalecer las voces de aquellos que piensan que es necesario cambiar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con el objetivo de consolidar algunos de los derechos comerciales de Estados Unidos con el fin de que sus empresas y sus fábricas puedan ser más competitivas en un sector con numerosos competidores.