Redacción/ Miami.
Andrés Manuel López Obrador juró en el transcurso de la jornada de ayer como nuevo presidente de México, tras las elecciones celebradas hace dos meses en el país norteamericano. El nuevo mandatario mexicano llega al cargo con enormes y variados desafíos. Para comenzar ese camino, López Obrador ha querido transmitir una idea a los ciudadanos mexicanos: el país entra en un espacio nuevo y debe hacerlo como un punto y aparte.
El nuevo presidente mexicano llega al poder con varios retos frente a él. El primero de ellos y que puede marcar la tendencia de su gestión es la ubicación final del nuevo aeropuerto de Ciudad de México. A lo largo de la campaña presidencial, el líder de Morena y nuevo presidente mexicano, se había inclinado por interrumpir la construcción en la actual ubicación. Las causas eran ambientales y de costes económicos. Sin embargo, el presidente rectificó a medida que llegaron los comicios definitivos de las elecciones y ahora no se sabe si la presión de los inversores y empresarios mexicanos que saldrían beneficiados de la actual construcción podría acabar haciendo mella en su decisión final.
Son esas piedras en el camino las que López Obrador tendrá que ir eliminando de su hoja de ruta para lograr el éxito que sus votantes esperan. En el acto de juramento del cargo, López Obrador se refirió a sus refugios tradicionales que lo llevaron a la presidencia: a: “Por el bien de todos, primero los pobres, es necesaria una modernidad forjada desde abajo y para todos; lo que queremos es la purificación de la vida pública de México”, clamó el nuevo presidente mexicano.