Redacción/ Miami.
General Motors se ha encontrado con el gran defensor de los empleos procedentes de la industria en Estados Unidos. O al menos el que más lo vocifera. El presidente Trump ha amenazado a la compañía histórica de motor tras conocerse que tiene entre sus planes inmediatos cerrar al menos cinco fábricas de vehículos en EEUU y Canadá, además de otras plantas de ensamblaje por la crisis que vive el sector, y en concreto, la compañía automovilística desde hace unos años. Trump aseguró que General Motors se había encontrado con la “persona equivocada”.
Después, el republicano siguió desvelando sus planes para evitar que General Motors cierre sus fábricas en el país y, de esa forma, conseguir que algo menos de 15.000 actuales trabajadores de la organización no pierdan su empleo. Estamos estudiando cortar todos los subsidios @GM, incluidos los de los coches eléctricos. General Motors apostó a lo grande por China hace años cuando construyeron plantas allí (y en México), no creo que esa apuesta la vayan a amortizar. ¡Estoy aquí para proteger a los trabajadores americanos!”, tuiteó el presidente de la Casa Blanca. Además, se refirió a su ánimo respecto a la presidenta de GM, Mary Barra, asegurando que se sentía “muy decepcionado” con su gestión.
La realidad es que General Motors necesita reducir su estructura y su fuerza laboral si quiere hacer frente a un futuro marcado por un cambio de tecnología, basado en la irrupción de los vehículos eléctricos y autónomos, algo que ha tomado a la compañía estadounidense sin preparación.